Voces cristalinas para que nadie se olvide de Haití
El domingo, la ciudad de los niños se llenó de voces cristalinas que se alzaron al cielo, al igual que hicieron los 1.000 globos con los buenos deseos de los ciudadanos de Micropolix para los más desfavorecidos en Haití tras el terremoto de 2010.
Cesal quiso recordarnos que aún hay mucho por hacer para reconstruir este lugar del mundo, mucho por trabajar para que los niños haitianos nunca pierdan la esperanza en el futuro, con un acto conmovedor en el cuarto aniversario de la tragedia, que también contó con el apoyo de la Comunidad de Madrid.
Iván Santacruz ,el mago que sorprende a grandes y mayores los sábados en el auditorio de Micropolix, se encargó de conducir una jornada que no dejó a nadie indiferente. Con su buen hacer nos hizo sonreír y emocionarnos a partes iguales y nos sorprendió con su magia fresca y original. Por medio de un truco de magia muy visual y simbólico nos pidió que nunca perdiéramos la ilusión y que viéramos la vida desde la perspectiva de los niños.
Con sus juegos de manos ayudó a los niños del coro de primaria del Colegio Internacional JH Newman a relajarse y bordar su actuación. Sus increíbles voces llenaron el auditorio de Micropolix y removieron nuestras conciencias.
Pablo Llano, director general de la ONG Cesal, hizo hincapié en que los niños haitianos eran iguales a los españoles en muchos aspectos porque alimentan ilusiones, se ríen, juegan, lloran. Y se comportan así porque tiene esperanzas en un futuro mejor. Eso justifica todos los esfuerzos para poner en marcha iniciativas que eviten que les olvidemos a su suerte.
Inés Fernández, cooperante de Cesal en Haití, aseguró que las ONGs habían hecho un gran trabajo en Haití, pero que todavía quedaba muchísimo camino por recorrer para mitigar los daños causados por el terremoto y acabar con la pobreza extrema en el país.
El acto culminó con más de 1.000 globos surcando el aire con los mensajes de buena fortuna de los niños que se han pasado por el rincón de Haití, expuesto en Micropolix desde el 13 de diciembre. Un broche final espectacular para un acto que los asistentes nunca olvidaremos.
Haití no pierde la esperanza, porque no lo vamos a olvidar.