¿Cómo enseñar a los niños el valor del dinero?

Conceptos como el valor de las cosas o el límite del gasto son temas difíciles de entender para los niños. Por eso, lo mejor es empezar cuanto antes a explicarles de dónde viene el dinero y en qué se gasta.

Vivimos en una sociedad consumista en el que el que el niño (y los adultos) viven en un continuo “quiero”. Los anuncios de televisión, los carteles de la calle, los juguetes de los otros niños, … la tentación es grande pero el presupuesto, por norma general, es limitado. Hacerles entender que no se puede tener todo, que el dinero se consigue con esfuerzo y que el dinero si se gasta se acaba, no solo ayuda a que se piensen dos veces lo que realmente quieren, también a evitar la frustración por no conseguir hacer realidad todos sus deseos consumistas.

En muchas familias está mal visto hablar de dinero con los niños. Esto es un gran error ya que nunca es pronto para saber que un juguete nuevo es un premio o que ir al restaurante que le gusta es un lujo. Hablar del tema con naturalidad, haciendo participe al niño de algunas conversaciones en las que entren las palabras caro o barato, le ayudará en un futuro.
 

Una nueva responsabilidad

La edad clave para entender el tema del dinero son los cuatro o cinco años. A esta edad ya están preparados para comprender sin problema estos conceptos y es el momento ideal para asignarles una paga o un presupuesto. Por ejemplo, si el fin de semana se va a salir y se suele comprar alguna golosina, darle a él el dinero para que sepa que con esas monedas puede optar por un número de cosas. Él será quien se encargue de administrar ese pequeño capital en ese momento.

También puede participar en pequeñas decisiones. Los padres serán quienes se tengan que inventar pequeños teatrillos para hacer más real esa decisión. Imagina que te acompaña de compras y estás dudando entre un pantalón y un jersey, no hay mejor momento para explicarle que tu también quieres las dos cosas, pero tienes que decantarte por una porque no tienes dinero para las dos. El peligro es dramatizar demasiado y crearle una preocupación que no existe. Como en todo, en su justa medida.

Aprender jugando

El juego es el método natural de aprendizaje de los niños así que nada mejor que aplicarlo también a un tema como el dinero o el gasto. En este caso, Micopolix es ideal ya que se trata de introducir a los niños en un mundo de adultos de forma divertida y controlada. Ellos son quienes manejan el dinero que van ganando con su esfuerzo y trabajo. Decidir en que se gastan sus Eurix y cuando es una parte más del juego.

También existen multitud de juegos de mesa que incluyen dinero falso. El más famoso el Monopoly, en el que es tan fácil ser propietario de un barrio como estar en la ruina.

Cuando son más pequeños, el típico juego de las tiendas es muy útil. Sin duda, una caja registradora con dinero falso es un regalo excelente desde bien pequeños. Con imaginación se puede comprar y vender todo lo que hay en su habitación, tan solo hay que ayudarles a poner un precio a su “mercancía”.   

Grandes enemigos

Como en todo aprendizaje, en esto también aparecen grandes enemigos. Los abuelos y familiares son uno de los grandes peligros ya que siempre están dispuestos a mimar al niño. Explícales la situación y el método que estás siguiendo para que entiendan que también deben ser parte de esta nueva fase.

Y como no, tu también tendrás que cambiar más de un hábito. Cada día es más común pagar con la tarjeta, algo que, incluso a nosotros mismos, despista. En un primer momento, lo ideal sería volver a pagar con efectivo y mostrárselo al pequeño. Al ir al supermercado podemos enseñarle el dinero que tenemos al entrar y al salir, para que entienda todo lo que hemos gastado.

Y ya para un nivel avanzado, no hay que olvidar dejar claro que la luz, el agua, la calefacción, la gasolina y otro sinfín de servicios también tienen un precio. Ser responsables de apagar siempre la luz o no malgastar el agua no solo te ayudará a ahorrar en casa, también creará conciencia del impacto medioambiental. Un dos por uno ideal en épocas de ahorro.