¡El niño ha vomitado en el coche!

¡El niño ha vomitado en el coche!… O en el colchón de su cama. ¿A quién no le ha pasado esto? Abrimos ventanas, metemos las fundas, la ropa o pijama del pequeño y las ropas de cama en la lavadora. Y toca enfrentarse a la tapicería de los asientos o al colchón. ¿Cómo saco ese horroroso olor? ¿Y esas manchas?
Cuando me encontré con esta situación por primera vez parecía imposible ganar al batalla al hedor. Intenté muchas cosas hasta que llegué a la solución definitiva: un limpiador de tapicerías a base de espuma.
Eché una buena cantidad en el colchón damnificado. Lo cierto es que me pasé con la cantidad y luego me costó un mundo deshacerme de la espuma. Una vez extendida, la dejé secar y solo quedó pasar el aspirado y ¡listo! Fuera olor y fuera mancha.
Me pasó lo mismo en el coche por un mareo infantil inoportuno. Eché mano del mismo truco y también funcionó. Aunque me costó más porque los asientos del coche tienen unos vericuetos y arrugas que no tenía el colchón.
¿Conocéis más trucos que salven esta situación?