Es curioso, pero a los niños no les suele atraer mucho el sabor del pescado ¡con lo rico que está! A mí se me ocurrió esta manera de servirlo y que se lo comieran sin protestar. Necesitamos:

• 700 gramos de merluza (U otro pescado blanco)
• 50 gramos de pan rallado
• 1 cucharada de aceite de oliva
• 1 cebolla
• 1 diente de ajo
• 2 huevos
• Harina
• Aceite de oliva
• Perejil
• Sal

Cocemos la merluza y, una vez fría, la desmenuzamos con los dedos. Tendremos mucho cuidado de retirar todas las espinas que hubieran. Reservamos en un recipiente y ponemos una cucharada de aceite de oliva en una sartén. La ponemos al fuego y mientras se calienta picamos el ajo y la cebolla. Cuando el aceite esté caliente echamos lo que hemos picado hasta que se dore. Entonces añadimos el contenido de la sartén al pescado desmenuzado. Sazonamos con sal y perejil. Batimos los huevos y los añadimos al recipiente junto con el pan rallado. Mezclamos todo con las manos.

Hacemos bolitas con la mezcla y las pasamos por harina para que cojan consistencia. Ponemos en el fuego una sartén con abundante aceite y cuando esté caliente iremos metiendo las bolitas hasta que se doren. Cuando estén listas las pondremos en una plato con una servilleta para que absorba el aceite sobrante y se sirven inmediatamente.

También se le puede añadir una salsa. Yo voto por la típica fritura de toda la vida. ¿Qué salsa le pondríais?